El pasado jueves y viernes, vecinos y vecinas de La Manga participaron en los talleres del proyecto RESALAR sobre la restauración de los arenales de la Caleta del Estacio y de Monte Blanco, dos de las zonas en las que se está trabajando. Durante estas jornadas, se propusieron ideas para la recuperación de los pocos arenales que han quedado sin urbanizar. Además, los asistentes apoyaron la idea de la renaturalización de La Manga, y apuestan por fomentar la creación de más espacios naturales en un área altamente urbanizada y masificada, como es La Manga.
Hace 600 años, La Manga era un cordón dunar ininterrumpido cubierto de bosque. Sin embargo, En el siglo XVI los bosques fueron talados para evitar que los piratas berberiscos se refugiaran en ellos. Posteriormente, en el siglo XX, la masificación turística redujo considerablemente los arenales, y los pocos que quedaron sufren el abandono y la llegada de la vegetación exótica.
El jueves, la dinámica de los talleres se centró en el espacio de Monteblanco. Desde 2008, ANSE ha estado mejorando este espacio dunar mediante la retirada de escombros, la eliminación de flora exótica y la plantación de vegetación típica de dunas. Hoy en día, Monteblanco cumple un papel fundamental como reserva de vegetación dunar y es un recordatorio de lo que La Manga fue en el pasado. Sin embargo, continúa siendo un espacio amenazado y susceptible de urbanización.
El objetivo de los talleres era que los asistentes aportaran sus ideas para la mejora y conservación de estos espacios. Los participantes del taller del jueves sobre Monteblanco sugirieron ampliar el área protegida, seguir eliminando especies exóticas, y construir una pasarela para evitar que se pisen las dunas.
El viernes, los talleres comenzaron con la historia de la Caleta del Estacio, dirigida por ANSE. La Caleta del Estacio se encuentra al norte de La Manga, junto al canal del Estacio. En 2004, comenzó la construcción de un gran puerto deportivo llamado Puerto Mayor, que habría destruido uno de los pocos arenales restantes de La Manga, una zona ya caracterizada por la urbanización masiva.
Estas obras, que no contaban con los permisos adecuados, se detuvieron a finales de 2005 gracias a las protestas de ANSE y Greenpeace, con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, que demostró la ilegalidad del proyecto. Durante este tiempo, la caleta quedó abandonada, permitiendo la proliferación de especies invasoras como las acacias australianas. ANSE ha trabajado en la zona desde antes de 2005, primero para detener las obras y luego para restaurar ambientalmente los arenales. Actualmente, gracias al proyecto Resalar, se está trabajando en la eliminación de acacias y en la plantación de flora autóctona para regenerar el paisaje dunar.
Los asistentes al taller del viernes propusieron la creación de una pasarela para proteger las dunas, así como actividades de divulgación y educación ambiental para concienciar a la población sobre la importancia de este espacio. Sueñan con una Caleta del Estacio muy natural y protegida.
Este proyecto, que coordina la Fundación ANSE, y en el que participan la Asociación de Naturalistas del Sureste, WWF-España y el Instituto Español de Oceanografía, Centro Nacional de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEO-CSIC), cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU y se encuentra vinculado al Marco de Actuaciones Prioritarias para la recuperación del Mar Menor del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Fue una actividad realmente entretenida, agradable, bonita y muy gratificante.
Muchísimas gracias a Anse y WWF.