Reciente hallazgo en La Huertecica, con el descubrimiento de varios ejemplares de rosa de Damasco, una joya botánica de importante valor etnográfico.

Durante los trabajos de restauración de la finca La Huertecica, enmarcados dentro del proyecto Fluviatilis, se han descubierto varios ejemplares de Rosa de Damasco (Rosa × damascena).
Se trata de una variedad de rosal hibrido, cultivado desde la Antigüedad, y procedente de Oriente Medio, específicamente de lo que hoy es Siria, que llegó a Europa en la Edad Media; impulsada por la expansión del comercio y las rutas de intercambio. Aquí, encontró el clima perfecto y los suelos idóneos para prosperar. Desde entonces, ha sido muy apreciada en Europa por su exquisito aroma y sus múltiples beneficios en la medicina natural, cultivándose, principalmente, en Bulgaria, Turquía, Francia y diversas regiones de España.
La rosa de Damasco, perteneciente a la familia de las Rosáceas, requiere condiciones específicas de clima templado y suelos bien drenados para crecer. Este arbusto de hoja caduca puede alcanzar alturas de hasta 2,5 metros. Su floración, que se produce de mayo a junio, es el momento en el que la rosa despliega su reconocida fragancia.
Durante muchos años, la rosa de Damasco ha sido cultivada principalmente por sus pétalos, que se utilizan en la producción de aceite esencial de rosa y agua de rosas. Estos productos son apreciados en perfumería y cosmética por su exquisito aroma y sus propiedades hidratantes y antiinflamatorias. La producción de 1 kg de este aceite esencial requiere una media de 4 toneladas de rosas, lo que demanda una gran cantidad de materia prima, confiriéndole un valor añadido al producto final. Además, los pétalos de esta rosa también son consumidos en la gastronomía de Medio Oriente.
Tras el hallazgo en La Huertecica de varios ejemplares de esta rosa, ANSE ha tomado medidas para su conservación, debido a su significativo valor etnográfico. Conocida como la «Reina de las flores», esta especie es un símbolo universal del amor, la pasión y la feminidad en numerosas civilizaciones. En la mitología griega, fue asociada con Venus, la diosa del amor.

La identificación ha sido realizada por Diego Rivera, Conchita Obón de Castro y Alonso Verde, botánicos que vienen trabajando en la localización y recuperación de rosales antiguos en la vecina provincia de Albacete.
Este proyecto se beneficia de una convocatoria de ayudas, impulsada por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), para grandes proyectos transformadores de índole científico-técnica enfocados a la promoción de la bioeconomía y la contribución a la transición ecológica, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado con los fondos NextGenerationEU
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