
Para el policía nacional jubilado Andrés Bernabé, la creación de este pequeño enclave natural– que recibe su propio nombre a petición vecinal, como bien indica la placa ubicada en este espacio, situado al oeste del municipio de Cartagena, entre los barrios de Los Popos y La Vaguada, y justo detrás de su casa- ha sido el propósito que ha marcado los últimos 30 años de su vida. Su esposa Fuensanta comenta orgullosa: “Ha pasado muchas noches aquí, ha invertido mucho tiempo y dinero… en este parque”. Asimismo, Andrés también cuenta entre risas que le llamaban el “loco de la colina” por su obsesión y empeño por el cuidado de este pequeño bosque.
“El mantenimiento dependió de mí íntegramente hasta 2023, cuando el Ayuntamiento de Cartagena aceptó la zona como espacio verde, incluyéndola dentro de parques y jardines; y desde entonces los operarios del Ayuntamiento vienen ocasionalmente a echarme una mano con algunas tareas” explica Andrés Bernabé, quien comenzó esta aventura en el año 1989 cuando se mudó a la urbanización de viviendas Alcalde de Cartagena, inaugurada ese mismo año. Incorporándose también a la asociación de vecinos de Los Popos, siendo uno de los primeros socios. Fue entonces cuando la asociación decidió trabajar en la recuperación de esta parcela abandonada, solicitando al ayuntamiento la concisión de la zona como esparcimiento y recreo.
En sus inicios, “el lugar presentaba un estado deplorable: se había convertido en un vertedero donde se acumulaban tierras sobrantes de las obras, formando una gran montaña” argumenta Andrés Bernabé. Desde entonces, los vecinos comenzaron la ardua tarea de limpiar y posteriormente plantar vegetación que les había cedido el ayuntamiento. “Nos dieron unos plantones, que en su mayoría era todo vegetación exótica, que no logró sobrevivir en un terreno tan bronco/pedregoso y también recuerdo que tuvimos que hacer los hoyos con pico y pala, aquello fue una tarea dura” recuerda Andrés-


Años más tarde, con la intervención de ANSE en la zona, se eliminó toda la vegetación exótica invasora y se comenzó a incorporar flora autóctona, mejor adaptada al abrupto/pedregoso terreno. Destacar la plantación de 100 ejemplares de distintas especies de vegetación autóctona con la ayuda de ANSE y voluntarios/as, incluida en el proyecto Life Tetraclinis Europa que marcaría un hito en la consolidación de este espacio verde, con resultados muy positivos para la zona y su entorno natural.
La colaboración entre la asociación Los Popos y ANSE ha ido más allá de este espacio. “El ayuntamiento nunca ofreció asesoramiento directo a nivel técnico en esta labor. Fue ANSE quien nos aportó unos criterios más técnicos. Además de este parque, también colaboramos con ellos en otro espacio en la calle Monte San Leandro, donde se creó un frondoso bosque de sabina mora (Tetraclinis articulata) y otras especies autóctonas” cuenta Andrés.
Mientras que ANSE ha puesto su granito de arena a nivel técnico y con suministro de planta, el mantenimiento ha estado a cargo de la Asociación Los Popos, y como ya comentábamos gracias a Andrés Bernabé.
La Asociación de Los Popos conmemoraba todos los años el Día del Árbol, realizando labores de limpieza, poda y nuevas plantaciones, acompañadas de comidas comunitarias. Mientras que el resto del año, Andrés regaba, podaba y gestionaba las plagas. Este policía, con los años, se ha vuelto un apasionado de las plantas haciendo sus propios experimentos con flora autóctona en el terreno. “Participé en una iniciativa del Ayuntamiento en honor a Ricardo Codorníu, de la que obtuve semillas que yo mismo planté aquí. También compraba plantas de mi bolsillo, experimentando con especies autóctonas como la sabina albar, que traje personalmente de Moratalla. Todo esto lo hacía por pasión; cada vez que salía y veía algo fuera de lugar, lo corregía inmediatamente” exclama y se emociona Andrés “el policía”.
Tras las plantaciones, el mantenimiento constante ha sido fundamental para dar vida al frondoso bosquete que hoy se contempla, un auténtico refugio de biodiversidad. Entre las muchas especies que lo conforman, destacan la olivilla, labiérnago, madroño, manrubio, lavanda, cedro del Atlas, encina, tetraclinis, jara blanca, sabina mora, pino piñonero, acebuche, palmito, lentisco, romero, pino carrasco y sabina negral, todas ellas contribuyendo a un paisaje lleno de belleza estética y riqueza natural.
Este parque representa para los vecinos un lugar de esparcimiento y contacto directo con la naturaleza, un espacio distinto a otros parques más convencionales. La idea siempre fue crear un entorno naturalizado, con flora autóctona que no solo embellece el paisaje, sino que también se adapta mejor al clima y requiere menos mantenimiento. Andrés está convencido de que esta experiencia debería replicarse en otras zonas del municipio, fomentando la creación de parques con vegetación autóctona y sostenibles frente al cambio climático.
El proyecto “Bosque Romano”, coordinado por el Ayuntamiento de Cartagena y en él participan ANSE, ARBA y CETENMA, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
