Durante las últimas semanas, estudiantes de primaria y secundaria de las localidades de Lorquí y Ceutí han participado en una nueva restauración, y ya van cinco, del bosque de ribera en el río Segura a su paso por ambos municipios. Las intervenciones han supuesto la plantación de más de medio millar de árboles y arbustos autóctonos de especies típicas de las formaciones de bosque de ribera.
Por quinto año consecutivos se han realizado restauraciones participativas en Ceutí y Lorquí en las que han participado estudiantes de primaria y secundaria de distintos centros educativos. Estas palntaciones se iniciaron en 2018 y desde entonces se han convertido en una tradición local que pretende implicar a la ciudadanía en la recuperación de la vegetación autóctona del río Segura. Hasta la fecha y gracias tanto a plantaciones participativas como a las intervenciones de la Comisaría de Aguas, se ha restaurado más de 3 km de riberas. En este año se han implantado 600 de ejemplares de diversas especies autóctonas de ribera como álamos (Populus alba), olmos (Ulmus minor), tarays (Tamarix canariensis), almeces (Celtis australis), fresnos (Fraxinus angustifolia), baladres (Nerium oleander) y algunos sauces (Salix sp. pl.).
Quizás uno de los aspectos más destacable del bosque de ribera son los servicios que desarrolla y de los cuales se beneficia la sociedad: retiene sedimentos, retira contaminantes del agua, aumenta el contenido en oxígeno del agua, lamina las crecidas, fija CO2, evita la proliferación de especies como el carrizo y la caña, incrementa el agua disponible, alberga fauna amenazada, tiene un elevado interés paisajístico, etc
Además, las intervenciones pretenden contribuir al control de la caña, una especie exótica invasora que genera graves problemas ambientales y económicos en los cauces que invade. La caña común (Arundo donax) es una planta de origen asiático considerada como una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo. Antaño muy utilizada como recurso en la agricultura, cestería y construcción tradicional, era cultivada en espacios marginales para su posterior uso y/o venta como complemento a la precaria economía familiar. La llegada de nuevas materias primas y la mejora del nivel adquisitivo supuso el abandono de estos cultivos marginales. Esto, unido a malas prácticas, como el sobrepastoreo, las quemas y desbroces de los cañaverales, o la eliminación de la vegetación autóctona, favorecieron su expansión en los márgenes de ríos, ramblas, acequias, azarbes, y, en general, en el entorno de cualquier espacio húmedo.
Estas plantaciones son un ejemplo de sinergia entre administraciones públicas, centros educativos y asociaciones sin animo de lucro de distinta indole. En ellas participan el Ayuntamiento de Ceutí, Ayuntamiento de Lorquí, la Confederación Hidrográfica del Segura, Protección Civil, la Asociación Camino al Humanismo y ANSE.