Este es el segundo año que se repite la experiencia. En esta edición, a la tradicional recogida de sal se han sumado nuevas actividades, como el avistamiento de aves y la exhibición de una exposición fotográfica sobre la historia de las Salinas de Marchamalo.
Las Salinas de Marchamalo han vuelto a convertirse en un punto de encuentro entre naturaleza, historia y cultura gracias a la segunda edición de los talleres de “Salineros/as por un día”, que se han desarrollado a lo largo de todo el verano y por el que han pasado más de 350 personas.
Estos talleres pretenden acercar el entorno salinero a todo el público, además de demostrar el papel ecológico, económico y socio-cultural de estos ecosistemas tan singulares.
Durante esta nueva edición, a la típica recogida de la flor de sal, se han sumado otras actividades como el avistamiento de aves con prismáticos y la exposición de fotografías antiguas que documentan la historia de Marchamalo. Todo ello enmarcado en pleno proceso de restauración de este enclave, con el proyecto Resalar, y cuyos avances son bastante notables. A día de hoy, ya se ha completado la rehabilitación de las naves, ahora decoradas con elementos de madera propios de la estética tradicional costera de la zona, entre los que se encuentra una réplica de las antiguas vagonetas en la que se transportaba la sal.

El recorrido de los talleres comienza en la montaña de sal, procedente de la cosecha de 2024, la primera tras 30 años de inactividad. La visita continua en las naves, donde se narra la historia centenaria de las Salinas de Marchamalo. Desde su origen en el siglo XVIII hasta su máximo esplendor en los años 30 del siglo pasado, cuando se llegaron a producir cerca de 10.000 toneladas anuales, las naves rehabilitadas muestran fotografías y elementos originales como las vagonetas que transportaban la sal hacia el muelle de la sal en Cabo de Palos desde donde se embarcaba la sal rumbo a Cataluña. Durante la visita se recrea la dura vida del salinero, un trabajo estacional, exigente y poco reconocido en el que también participaron mujeres.
Seguidamente, los visitantes pueden disfrutar de la observación de aves con prismáticos, así como conocer el funcionamiento de una salina marítima.. Finalmente, los participantes pudieron ser salineros por un día y cosechar ellos mismos la flor de sal, que es un tipo de sal que se forma en la superficie del agua y que se recolecta de forma manual.
Con la restauración de las salinas y su gestión sostenible para producir sal, conseguimos recuperar el valioso ecosistema asociado a las salinas permitiendo que poco a poco vuelvan a observarse especies propioas de los humedales costeros mediterráneos como el flamenco común, la gaviota de Audouin), el chorlitejo o la cigüeñuela. También el fartet, un pequeño pez endémico del Mediterráneo cuya presencia indica el buen estado de conservación del ecosistema. La vegetación halófita, como salicornias y limonios, conforman este entorno cargado de biodiversidad.
Tras conocer las salinas y comprender su importancia, los talleres concluían con una reflexión: se planteaba cuál será el futuro de estas tras su reconstrucción, llevada a cabo gracias al proyecto Resalar, impulsado por ANSE junto a WWF y el IEO-CSIC. Este proyecto está devolviendo la vida a este espacio mediante la recuperación de canales, compuertas y hábitats autóctonos.
El proyecto RESALAR tiene el objetivo de regenerar espacios del litoral del Mar Menor y su biodiversidad para fortalecer la resiliencia del litoral frente al cambio climático y mejorar e incrementar los servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad.
Este proyecto, que coordina la Fundación ANSE, y en el que participan la Asociación de Naturalistas del Sureste, WWF-España y el Instituto Español de Oceanografía, Centro Nacional de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEO-CSIC), cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que aporta el 95% de la financiación del proyecto, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU, y se encuentra vinculado al Marco de Actuaciones Prioritarias para la recuperación del Mar Menor del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El proyecto cuenta con la cofinanciación de la Fundación Estrella de Levante y con la colaboración de Salinera Española y de Biocyma.
