Mejora del conocimiento de tortugas marinas y riesgos en las costa Este del Mediterráneo español

Durante estas semanas, técnicos de la Fundación Oceanográfic y de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) navegan a bordo del velero Else para la mejora del conocimiento de la población de tortugas marinas de las costas del sur de la Comunidad Valenciana.

Momento de la captura de un gran ejemplar de tortuga boba en aguas abiertas para su marcaje mediante satélite. (F.Cozar/ANSE)
Momento de la captura de un gran ejemplar de tortuga boba en aguas abiertas para su marcaje mediante satélite. (F.Cozar/ANSE)

El velero recorrerá durante las próximas semanas las aguas del litoral sur de la provincia de Alicante para localizar ejemplares adultos y subadultos de tortuga boba (Caretta caretta), una especie catalogada como “En Peligro” en la normativa española, la Directiva Hábitats de la Unión Europea, el Convenio de Barcelona y por la UICN, coincidiendo con el periodo reproductor.

Durante los meses de junio y julio principalmente, y desde hace pocos años, las tortugas bobas se aproximan a las costas mediterráneas de la Península Ibérica y Baleares, donde vienen registrándose un número creciente de anidamientos en diferentes playas de las Comunidades Autónomas de la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Catalunya principalmente, muchas de ellos con éxito.

Durante los dos primeros días de navegación se han podido capturar 2 grandes ejemplares de la especie (ver fotos adjuntas), que han sido examinados por el equipo de veterinarios y biólogos a bordo del barco, siendo marcados con microchips y equipos de seguimiento por satélite, que aportarán información precisa de los desplazamientos de estos animales, incluyendo su posible salida a playas de puesta en el caso de las hembras.

Un tercer individuo, más pequeño, fue localizado igualmente enganchado a una bolsa de plástico de las utilizadas para la alimentación de los peces de las granjas de acuicultura que se localizan en sendos polígonos situados uno al sur de Torrevieja y otro frente a San Pedro del Pinatar, ya en la Región de Murcia.

El enredamiento en “bolsas o islas” de basura flotante es una de las principales causas de mortandad de tortugas marinas en las costas mediterráneas españolas. Así, y además del ejemplar citado, en el primer día de navegación también se retiró una madeja de palangre provisto de boyas, anzuelos y línea madre, probablemente cortado por la hélice de alguno de los númerosos mercantes que navegan entre los puertos comerciales del norte y sur del Mediterráneo y Estrecho de Gibraltar. Las tortugas se aproximan frecuentemente a estas islas flotantes, donde se adhieren percebes y balanos, y se refugia la vida marina, y muchas quedan atrapadas por las aletas o cabeza, ocasionándoles la muerte.

Durante el desarrollo de las navegaciones se tiene previsto marcar media docena de ejemplares de tortuga boba de mediano y gran tamaño, y un números similar en aguas de las costas de Catalunya. Esta docena de ejemplares aportarán información relevante sobre las áreas de reproducción y alimentación de la tortuga marina más común en el litoral mediterráneo occidental, en una zona muy poblada, con intenso tráfico de embarcaciones profesionales y deportivas, y también importante actividad pesquera.

Este trabajo se enmarca dentro del Proyecto Life IP Intemares (LIFE 15 IPE ES 012), Gestión integrada, innovadora y participativa de la Red Natura 2000 en el medio marino español, coordinado por la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

La colaboración entre organizaciones, administraciones, centros de investigación y pescadores resulta de gran importancia para conservar las tortugas marinas y mejorar el conocimiento de su biología. Precisamente, el pasado mes de abril era recuperado en la almadraba de La Azohía (Cartagena) un gran ejemplar (macho de 80 cms de caparazón) de tortuga boba que había sido provisto con una marca de satélite tras su recuperación por L´Oceanografic después de su captura en el mes de enero por un barco de pesca de arrastre en aguas de Castellón. La lectura del microchip que portaba en su interior y la marca metálica en una de sus aletas permitió su identificación, liberándose posteriormente tras su examen por veterionarios de la Comunidad Autónoma y técnicos de ANSE.

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