La vieja Else en varadero

Como cada año, la vieja Else ha reposado sus cuadernas durante casi tres semanas en el muelle de Alfonso XII, en el varadero del puerto de Cartagena, para recibir los cuidados que carpinteros de ribera, mecánicos, pintores y otros profesionales y voluntarios le brindan para garantizar un trabajo en la mar lo más seguro posible.

Desde que en noviembre de 1997 un Juzgado Penal de Cartagena acordara el depósito judicial a ANSE de esta pequeña goleta, o ketch si se tiene en cuenta su origen danés, el velero Else es sometido a una revisión y mantenimiento concienzudo, que ha cambiado completamente su maltratada y desvencijada estampa cuando estuvo abandonada en la dársena de Escombreras.

En realidad, la vieja Else ha sido renovada casi por completo. Conserva aún la mayor parte de sus cuadernas originales y de las tablas del casco, algunos cabilleros, parte de la lumbrera de la bodega…, pero ha sido necesario sustituir muchas tablas del forro en obra viva y obra muerta, construir de nuevo la totalidad de la popa, de la cubierta, cambiar la regala, incluyendo escalamotes, trancanil y tapa, instalar un nuevo bauprés y jarcia, cambiar toda la arboladura, con sus palos mayor y mesana incluidos…, se cambió también el motor, inversora, eje, hélice, pala del timón, y la totalidad de los herrajes, ahora de acero inoxidable. Se construyó un nuevo “puente” de mando y se instalaron nuevos equipos de navegación, piloto automático, y hubo que construir también la nueva cabina para el motor, ahora ventilado a través de amplios ojos de buey de bronce.

Afortunadamente, hemos podido conservar elementos como la maquinilla de maniobra y el ancla, y respetado la configuración del camarote de proa. Y aunque ahora su casco es blanco y no verde, para poder soportar mejor los calurosos estíos mediterráneos, la vieja Else conserva aún sus formas y medidas originales. Hemos añadido algún elemento nuevo, como los pescantes de popa que transportan una embarcación auxiliar, para mejorar su funcionalidad manteniéndola viva.

Estos días, nuestro viejo barco, nuestra vieja goleta, ha regresado al agua en su casa en el puerto de Cartagena, con algunas tablas nuevas, con muchas juntas y frentes recalafateados por manos expertas, con nueva patente para proteger su casco en la obra viva, renovada con una nueva piel blanca en la obra muerta, preparada para surcar nuevamente cientos de millas en las costas del Sureste de la Península Ibérica y Andalucía principalmente, para mejorar el conocimiento de la vida marina y ayudar a su conservación.

Hoy iniciamos un nuevo capítulo en la ya larga historia de un barco que fue construido en Dinamarca en 1951, y ojalá seamos capaces de mantener en activo durante mucho tiempo más, contando alguna nueva curiosidad o aventura con cada nueva estación.