Final feliz para el delfín de Águilas (El delfín que finalmente se dejó salvar)

El delfín con el enredo en la boca fotografiado desde el Else el pasado 20 de julio (J. L. Murcia/ANSE)
El delfín con el enredo en la boca fotografiado desde el Else el pasado 20 de julio (J. L. Murcia/ANSE)

En agosto publicamos una reseña sobre el peligro que representan los plásticos para los cetáceos y lo ilustramos con el ejemplo de un delfín mular encontrado en Águilas el pasado 22 de julio. Como podéis leer en este enlace, mientras navegábamos por el entorno de las granjas de acuicultura que tiene la empresa Culmarex en Águilas, avistamos un ejemplar de delfín mular con evidentes problemas para sumergirse con normalidad. Tras seguirlo un rato y conseguir fotografiarlo, pudimos descubrir cual era la causa de su comportamiento anómalo: una masa indeterminada en su boca le impedía cerrarla y sumergirse o pescar con normalidad. La fotografía no fue de la suficiente calidad como para determinar de manera exacta la naturaleza del objeto que le obstruía la boca, pero parecía de algún tipo de material plástico. Ante nuestra impotencia, dejamos de seguirlo, ya que el animal se mostraba esquivo y no permitía la aproximación del Else. Con tristeza lo dejamos marchar sabiéndolo condenado a una lenta agonía al no poder alimentarse. Moriría en el mar a no ser que varara en alguna playa y se le pudiera rescatar a tiempo.

Composición fotográfica con los artes de pesca que Benito retiró del delfín y que éste llevaba enganchados en la mandíbula.
Composición fotográfica con los artes de pesca que Benito retiró del delfín y que éste llevaba enganchados en la mandíbula.

Tras unas semanas, y abandonadas las esperanzas de que el delfín apareciera vivo, nos enteramos del fin de la historia de manera casual. ANSE mantiene desde hace un tiempo colaboración con la empresa de acuicultura Culmarex para el estudio de las interacciones entre las instalaciones de acuicultura y esta especie de cetáceo, como podéis ver en este enlace.

En uno de estos contactos con el responsable de la granja de Águilas para recuperar un hidrófono que ANSE tiene allí instalado, nos contó una historia muy curiosa sobre un delfín y uno de los buzos que trabajan en esa instalación. Benito, el buzo en cuestión, nos contó como días después de leer nuestra historia en la página web de ANSE, empezaron a fijarse en que el animal tenía querencia por la zona de las granjas, y allí intentaba pescar, pero ante la imposibilidad de cerrar la boca era muy difícil que consiguiera alimentarse. Nos contó además que no era un plástico lo que impedía que este delfín cerrara la mandíbula, si no lo que parecía una acumulación de distintas artes de pesca. Pasó el tiempo, y un día, tras ver al animal pasar cerca suyo mientras trabajaba en el mantenimiento de las instalaciones, Benito alargó la mano y agarró uno de los cabos que colgaban de la masa que tenía enredada. Ante su sorpresa, al sentir el tirón, el delfín no intentó zafarse, si no que se quedó quieto, manso. Rápidamente, el buzo sacó el cuchillo y aprovechó la oportunidad para empezar a cortar cabos y sedales y desenredarlo. Una vez terminada la tarea, el animal siguió inmóvil por un tiempo hasta que decidió volver a superficie a respirar y se alejó. Todo esto pasó a finales de septiembre, y según nos cuentan, todavía permaneció algunos días más por la zona de las granjas hasta que decidió seguir su camino.

A día de hoy, este animal no ha vuelto a aparecer por la zona, y aunque hemos tenido contactos desde el Else con varios grupos de delfines mulares desde la fecha de la liberación, no podemos decir con seguridad que se haya vuelto a ver por que las fotografías de aletas dorsales están aún pendientes de análisis, y todavía nos quedan tres días de navegación este año por esa zona. Lo que es indudable es que Benito le hizo un favor al delfín tanto si consiguió salir adelante como si acortó su sufrimiento, en compensación por el padecimiento que tuvo que aguantar, a fin de cuentas, por causa humana, el verse enredado de diversos artes de pesca e incapacitado para procurarse el alimento.

Queremos agradecer al personal de Culmarex la colaboración que mantienen con ANSE para conocer mejor a los delfines mulares, que hace posible que saquemos a la luz historias como ésta, y en especial al buzo Benito, por hacer por el delfín lo que nosotros nos vimos impotentes de conseguir.

Estas navegaciones se realizan en el marco del proyecto “Delfín mular y Calderón gris en LICs marinos de Murcia y Andalucía: reevaluando su estatus poblacional en Red Natura 2000”, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y la colaboración de la organización CIRCE.