El Río Segura, pasado, presente y futuro
Hasta donde tenemos registro histórico, se ha confirmado la existencia de asentamientos humanos en el entorno del río Segura. Íberos, romanos, visigodos y árabes también ubicaron sus poblaciones en los márgenes del río para vivir de la agricultura y, en menor medida, de la pesca.
A partir del siglo XVIII empiezan a mostrarse los primero problemas ambientales derivados de la deforestación y alteración del régimen hídrico, llegando a convertirse en uno de los ríos mas regulados de Europa. La adopción de medidas para evitar la inundaciones (como los encauzamientos) alteraron aún más el ecosistema fluvial a lo que se sumaron procesos de intensa contaminación de sus aguas. Toda esta degradación del río ha facilitado el asentamiento y expansión de especies exóticas invasoras.
Una vez mejorada la calidad de las aguas y para avanzar en la recuperación del río, se plantearon diversos proyectos como el LIFE+ SEGURA RIVERLINK o el LIFE+ RIPISILVANATURA, cuyos objetivos eran mejorar la conectividad del río y la eliminación de especies exóticas invasoras respectivamente. Estas iniciativas comenzaron a mejorar la conectividad fluvial y la permeabilidad, implicando a la sociedad en la resolución de los problemas del río.
Todas estas medidas necesitan una continuidad en el tiempo y una Red de Custodia Fluvial con la creación de nuevos convenios y el mantenimiento de los existentes que aseguren una protección a largo plazo, y así es cómo nació el proyecto “Custodia fluvial para el refuerzo de la conectividad inter-autonómica en el río Segura”. Este proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad así como del Ayuntamiento de Murcia a través de un convenio específico.