La vegetación de las islas está condicionada por las condiciones especiales que se dan en ellas.
El clima de las islas del sureste ibérico es cálido, generalmente con ausencia de heladas, y las precipitaciones son escasas, aunque se ven compensadas por la elevada humedad ambiental. Además, la vegetación sufre el continuo azote del viento, lo que hace que tenga forma achaparrada.
Los suelos suelen ser esqueléticos, debido al escaso desarrollo o a la elevada erosión, y la presencia de sales es elevada, debido a la maresía y los excrementos de las aves.
A lo largo del proyecto se han visitado 11 islas y se han citado más de 80 especies. La isla con más especies diferentes citadas ha sido la Perdiguera, seguida de cerca por el Barón. Algunas de las especies encontradas son las siguientes:







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