El Proyecto Chotacabras continúa revelando aspectos desconocidos sobre esta enigmática especie en entornos agrícolas

El Grupo de Anillamiento ANSE desarrolla desde el año 2017 el Proyecto Chotacabras, iniciativa científica que dio comienzo tras varios años previos dedicados a conocer las técnicas de estudio y manejo de la especie. Esta iniciativa altruista tiene como objetivo principal conocer en profundidad la biología reproductiva del chotacabras cuellirrojo a través del seguimiento a largo plazo de una población reproductora en ambientes agrícolas del sureste ibérico.

Chotacabras cuellirrojo controlado y liberado en la misma zona de su captura. Fotografía: Joaquín
Albaladejo Velasco.

El chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis) es un ave crepuscular y nocturna que basa su alimentación exclusivamente en la captura de insectos. Se trata de una especie estival en la península ibérica, cuyos cuarteles de invernada se localizan al suroeste del Sáhara y su distribución durante el período reproductor se restringe únicamente al norte de Marruecos y a la península ibérica. Su reducida distribución como reproductor, junto a sus hábitos excepcionalmente crípticos y nocturnos, han motivado que sea una de las especies menos estudiadas del Paleártico Occidental. No obstante, la información disponible sobre su biología y ecología ha incrementado sustancialmente gracias a los estudios realizados por diversos ornitólogos, especialmente por las contribuciones de nuestros compañeros de Nightjaring en el Parque Nacional de Doñana. Sin embargo, la dificultad para la localización de nidos y el elevado esfuerzo que implica su búsqueda han motivado que muy pocos estudios se hayan centrado en la biología reproductiva de la especie. Se desconocen muchos aspectos del comportamiento de la especie durante la reproducción, como el sistema de emparejamiento, la fidelidad de la pareja o el reparto de tareas. Entre otras, estas lagunas del conocimiento son las que motivaron la puesta en marcha del Proyecto Chotacabras.

La adaptación de los trabajos de podas en las inmediaciones de los nidos, marcados previamente por el equipo de seguimiento, es una de las actuaciones desarrolladas por los agricultores.

El Proyecto Chotacabras es posible debido a la disponibilidad de un área de estudio delimitada y accesible, gracias a la colaboración de agricultores, donde resulta rentable invertir un mayor esfuerzo en la búsqueda y monitoreo de nidos.

En la actualidad, el proyecto está centrado en un área de aproximadamente 500 hectáreas dominada por cultivos de cítricos y ubicada en la periferia del Parque Regional de El Valle y Carrascoy, en el corazón de la Región de Murcia. Con un esfuerzo centrado en la localización de nidos, el marcaje de los adultos reproductores y el seguimiento de la evolución de los nidos pretendemos recabar información sobre el sistema de emparejamiento de la especie, la fenología reproductiva, el crecimiento de los pollos y la supervivencia juvenil, entre otros.

Además, otro de los objetivos paralelos es determinar el uso del hábitat que realiza la especie en el área de estudio y el papel de los usos del suelo circundantes en la alimentación de los chotacabras. No obstante, este trabajo se realiza en coordinación con los propietarios y técnicos de las fincas agrícolas, por lo que el proyecto está adquiriendo una fuerte connotación divulgativa sobre el papel de la especie para el control de plagas agrícolas.

Entender cuáles son los factores que explican el éxito de los chotacabras en ecosistemas agrícolas nos ayudará a establecer unas directrices para potenciar unas prácticas agrícolas compatibles con la conservación de esta y otras especies, que puedan ser implementadas en el marco de estrategias para el fomento del control biológico.

Tras cuatro años de andadura, el Proyecto Chotacabras ya reúne valiosa información sobre la biología reproductiva de la especie. Por el momento, se han localizado 192 nidos que nos permiten definir un período de puesta comprendido entre la primera semana de mayo y la segunda semana de agosto. Esta fenología resulta una quincena más amplia que la descrita para la especie en otras regiones de España. El clima más templado del sureste ibérico podría explicar el incremento en la amplitud del período reproductor.

Uno de los aspectos más interesantes que ha revelado el trabajo de campo ha sido documentar la capacidad de la especie para realizar dobles puestas exitosas en una misma temporada de reproducción, pudiendo entonces duplicar la productividad y compensar el tamaño reducido de sus puestas (máximo dos huevos por puesta).

Miembros y voluntarios del Proyecto Chotacabras durante una jornada de anillamiento.

La información disponible sobre el control de las parejas reproductoras, aunque preliminar, apunta a que la estrategia reproductiva predominante es la monogamia, que implica que los chotacabras se mantienen fieles a su pareja a lo largo de los años. De hecho, desde el inicio del proyecto en 2017 hasta la actualidad se han controlado parejas compuestas por los mismos individuos, que han sido recapturados año tras año en el nido. Sin embargo, existen algunas excepciones de aves que se han divorciado durante un intento de reproducción y han vuelto a emparejarse en el siguiente.

Por otro lado, el seguimiento con cámaras de fototrampeo durante el período de incubación está permitiendo conocer el comportamiento de la especie en el nido y sus estrategias para hacer frente a los depredadores. De hecho, actualmente, el compañero y colaborador Antonio Sáez se ha unido al equipo del proyecto para realizar su Trabajo Fin de Máster (Máster en Áreas Protegidas, Recursos Naturales y Biodiversidad, Universidad de Murcia) sobre el comportamiento de la especie en el nido, el patrón de actividad en la incubación y sus estrategias de defensa.

De manera paralela a estos objetivos, el Proyecto Chotacabras ha establecido colaboración con el Área de Toxicología de la Universidad de Murcia para estudiar el impacto de los metales pesados en poblaciones reproductoras de chotacabras cuellirrojo en la Sierra Minera de Cartagena – La Unión, y compararlos con poblaciones reproductoras de la Sierra de Altaona (localidad control) y los campos agrícolas adyacentes al Reguerón (localidad agrícola).

Los resultados de esta colaboración han sido reflejados en dos artículos publicados en la revista internacional Environmental Pollution, los cuales muestran niveles muy preocupantes de metales pesados (cadmio, arsénico y plomo) en chotacabras de la Sierra Minera hasta 50 veces superiores que en zona control y su efecto negativo sobre la condición física de los chotacabras.

Responsables y voluntarios del Proyecto Chotacabras

Dejando a un lado los resultados científicos, el Proyecto Chotacabras está consiguiendo modestos logros en lo que respecta a la divulgación de la biodiversidad agrícola y a la sensibilización del público en general, dando a conocer a una especie comúnmente mitificada y asociada a falsas creencias.

El proyecto ha contado con la participación de más de 130 voluntarios diferentes hasta el momento, ha captado la atención del público en general a través de redes sociales y ha implicado a agricultores en la conservación de la especie. Gracias a la señalización de nidos por parte del equipo de seguimiento, los agricultores han conseguido adaptar sus prácticas a la reproducción de los chotacabras para minimizar el impacto sobre el éxito reproductor. Incluso, el equipo de seguimiento del proyecto ha observado cómo los propios agricultores han señalizado nidos para evitar que se malogren durante las labores de poda.

De esta manera, el proyecto se torna en una iniciativa para conocer desde una perspectiva científica a una especie enigmática, a la vez que se implica a la población local y al sector agrícola para la conservación de la especie desde un punto de vista más divulgativo.