Nota de prensa de ANSE: 14 de julio de 2012
Acción de Protesta
El sábado 14 de julio por la mañana, una decena de miembros de ANSE bombearon agua a las Salinas de Marchamalo (Mar Menor) en protesta por el pésimo estado de conservación, ya que han estado a punto de secarse nuevamente. Estos pudieron trabajar durante 3 horas elevando las aguas desde el canal que comunica las salinas con El Mar Menor, a razón de más de 80.000 litros de agua marina a la hora. La mayor parte de la fauna acuática ha muerto y apenas se ven unas pocas aves en una de las cubetas.
La Asociación tenía previsto trabajar durante todo el día bombeando agua, pero varios agentes de la Guardia Civil llegados en dos coches patrulla obligaron a los activistas de ANSE a desalojar la zona de Dominio Público en la que se encontraban bombeando el agua hacia la zona privada de las salinas, tras una denuncia del vigilante de la empresa propietaria.
La Asociación denunció esta semana ante la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia el estado de degradación y pésima conservación de las Salinas de Marchamalo (Cartagena, Mar Menor). A lo largo de los últimos dos meses, la Asociación había advertido también al Director-Conservador de los Espacios Protegidos del Litoral de la Región de Murcia de la situación a la que se enfrentaban de nuevo las salinas, que a finales de junio se encontraban prácticamente secas.
Aunque durante los últimos días ha comenzado un pequeño bombeo de agua, es insuficiente para la recuperación de niveles adecuados para el mantenimiento de los procesos ecológicos fundamentales para la conservación de la biodiversidad del humedal. Desde la Comunidad Autónoma se informó a la Asociación que la empresa propietaria de la parte más grande de las salinas (Salinas de La Manga, S.L.) se había comprometido a que esta semana se habría colocado una bomba con caudal adecuado para garantizar el nuevo llenado de las cubetas que permanecían secas, sin que esto haya ocurrido.
ANSE viene denunciando desde hace años el progresivo deterioro del espacio protegido de las Salinas de Marchamalo (Mar Menor), sin que las diferentes medidas puestas en marcha por la Comunidad Autónoma hayan conseguido una solución más o menos definitiva. La Asociación intentó también un acuerdo con la Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y propietarios de las salinas para recuperar la extracción de sal, sin que hubiera respuesta por parte de las administraciones.
Para ANSE no hay lugar a dudas: “las salinas de Marchamalo corren de nuevo un serio peligro de desaparecer como humedal”. Estas Salinas son un enclave de elevadísimo valor ambiental y cultural, tal y como lo atestiguan las múltiples figuras de protección que les dan cobertura habiendo sido declaradas Espacio Natural Protegido, LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), Zona Especialmente Protegida de Interés para el Mediterráneo (ZEPIM) y Humedal de Importancia Internacional Ramsar.
Las Salinas de Marchamalo eran, junto con las Salinas de San Pedro, las únicas en la Región de Murcia que presentaban una lámina de agua permanente acogiendo un importante contingente de aves acuáticas reproductoras e invernantes, así como una interesantísima población de fartet (Aphanius iberus), un pececillo endémico amenazado. El resto de salinas del litoral se encuentra abandonadas (por ejemplo, las Salinas de Lo Poyo), o están siendo urbanizadas o lo serán en breve (caso de Mazarrón y Los Narejos).
En similar estado a las salinas de Marchamalo se encuentran las del Rasall (Calblanque), donde la inversión de importantes sumas de dinero por parte de la administración ambiental no ha logrado aún el mantenimiento de una lámina de agua permanente, y también se encuentran actualmente casi secas.
Como denuncia ANSE desde hace años, el abandono de la actividad salinera está conduciendo a la desecación de los estanques y a una acumulación progresiva de sales y sedimentos, ya que éstos no se retiran. Ya entonces se advirtió que futuras inundaciones de los estanques, sin retirada previa de la sal ni de sedimentos arrastrados por las lluvias, produciría a medio plazo una degradación del humedal cuando la salinidad superase los niveles máximos soportados por muchas especies de fauna.
Por otro lado, al no llenarse adecuadamente los estanques, el proceso de desecación que ha ocasionado la pérdida de muchos de ellos. A su vez, la pérdida del agua por evaporación, y la ausencia de manejo salinero, está ocasionando la progresiva salinización de los mismos, acabando con buena parte de las formas de vida que antes encontrábamos en muchas de las charcas. Este proceso conlleva la desaparición de aves acuáticas tanto de los estanques que se han secado como de otros con altísimas concentraciones salinas.
Resulta paradójico que esta degradación se esté produciendo precisamente después de que la Dirección General del Medio Natural invirtiese cuantiosos fondos comunitarios dentro de un proyecto LIFE para la conservación del fartet. Aunque la administración entregó ayudas a los propietarios para el mantenimiento de la actividad salinera, esta no se llegó a recuperar nunca.
ANSE lamenta que, tras los diferentes proyectos de recuperación de infraestructuras para el abastecimiento de agua llevadas a cabo por la Dirección General de Costas y por la Comunidad Autónoma, con fondos de la Unión Europea, las salinas hayan estado de nuevo a punto de secarse.
Si durante los próximos días continúa la situación de las salinas, y la Comunidad Autónoma no consigue que vuelva a funcionar una bomba con caudal adecuado para llenar las charcas salineras, la Asociación no descarta realizar nuevas acciones de protesta para evitar que el estado de desecación actual continúe o se agrave.
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