Los alumnos de sexto de primaria participaron extrayendo vegetación exótica de la dunas y disfrutaron buscando fauna marina en las aguas de la caleta.
El pasado martes 14 de junio, 42 alumnos de sexto de primaria del CEIP Atalaya de Cartagena, acompañados por cuatro profesores, pasaron la mañana en compañía de técnicos de ANSE en la Caleta del Estacio, colaborando en tareas de restauración del ecosistema dunar y disfrutando de un baño mientras trataban de localizar especies protegidas, como el caballito de mar.
Alumnos del CEIP Atalaya de Cartagena atienden a las explicaciones de técnicos de ANSE en la Caleta del Estacio (J. L. Murcia/ANSE)
La Caleta del Estacio es uno de los pocos espacios que quedan sin urbanizar en La Manga del Mar Menor. Durante mucho tiempo pesó sobre ella un proyecto urbanístico que implicaba la ganancia de tierra al mar y la construcción de múltiples infraestructuras, como un nuevo puerto deportivo. Después de años de lucha, el proyecto quedó descartado, pero la restauración del espacio sigue pendiente.
Desde el año 2018 ANSE viene trabajando en la restauración del espacio, propiciando actividades de voluntariado como la llevada a cabo el pasado martes. El trabajo se acometió en el área del proyecto piloto de restauración del ecosistema dunar en el que ANSE viene actuando recientemente.
Uno de los objetivos de dicha restauración es la sustitución del actual bosquete de acacias por una comunidad vegetal representativa y madura de los sistemas dunares del Mediterráneo español. La capacidad de crecimiento de las acacias la convierten en una eficaz invasora de estos ecosistemas, desplazando a la vegetación autóctona y alterando la funcionalidad del sistema dunar. Por ello, una de las primeras acciones llevadas a cabo en la zona piloto fue la extracción y destoconamiento mecánico de las acacias. Pero debido a su gran capacidad de regeneración, es muy importante realizar labores de vigilancia que impidan su rebrote. Es aquí donde los alumnos del CEIP Atalaya se aplicaron diligentemente, extrayendo a mano un elevado número de pequeños ejemplares, hasta 3000 plantones arrancados.
También tuvieron la oportunidad de participar en una actividad demostrativa de censo de fauna marina, adaptado a la localización de caballito de mar. Para ello, divididos en dos grupos, los alumnos se dispusieron en fila en la orilla del mar y avanzaron al unísono separados por metro y medio, con la esperanza de localizar algún ejemplar de esta carismática especie aferrada con su cola a algún tallo de la vegetación acuática. No hubo suerte, pero fue un colofón refrescante para la actividad previa de trabajo en la duna.